En ocasiones hay temas o situaciones, en los que resulta muy difícil hacer un cartón.
Pero hay un tema particularmnete complicado: la muerte.
Y no me refiero a la muerte en abstracto o a la muerte juguetona que solemos convocar para las calveritas del Día de Muertos, sino a la muerte real, en directo; la que llega de improviso y con todas sus letras.
Cuando esta muerte aparece en alguna de sus presentaciones: un asesinato, una catástrofe, una atentado, un genocidio, un magnicidio, o una tragedia, es realmente difícil pensar y hacer un buen cartón.
Porque el dolor merece respeto, y a veces el humor negro puede cruzar el límite del mal gusto.
Lo que sucedió la tarde del martes es, por lo tanto, un tema difícil de tratar para los caricaturistas. Y la cosa se complica porque en este caso, a la tragedia, hay que sumarle la duda: ¿qué fue lo que realmente sucedió?
Si el percance aéreo en el que murieron Mouriño, Vasconcelos y varias víctimas más, fue un accidente, se trata entonces de una lamentable tragedia que se circunscribe al ámbito del duelo privado de sus familias y seres queridos, y a la obvia consternación que provoca la muerte de personajes públicos.
Si, por el contrario, fue un atentado, la cosa es realmente grave, en tanto que implica un deterioro aún mayor del ambiente político y una gravísima falla de seguridad nacional, por no hablar del entorno en el que sucede, en medio de una cuestionada guerra del gobierno federal contra el crimen organizado.
Mientras no exista información fidedigna y confiable, lo único que hay son especulaciones. Y los moneros no podemos hacer cartones con base en especulaciones.
Durante estos dos días fue realmente muy complicado hacer nuestro trabajo. Muchas ideas llegaron al papel, pero inevitalemente fueron deshechadas por lindar en el mal gusto, en la falta de respeto, en ese humor negro que, con la inmediatez de la tragedia, se vuelve insoportable.
Los dejo con un par de cartones realizados hace ya varios años, en circunstancias similares. Cartones que, evidentemente, no hacen reir, pero que, de alguna manera, creo que capturaron la zozobra que quedó después del paso devastador de la muerte.
–Este cartón lo hice el 11 de septiembre de 2001. Se llama "Flatline"

–Este fue realizado poco después de la invasión a Irak, cuando el júbilo del aparente triunfo de los primeros días se fue convirtiendo en una pesadilla, tanto para los invasores, como para el país ocupado.