
Me pareció lamentable que una revista de la trayectoria de Siempre! (con su signo de admiración al final) me robara cartones y además los mutilara. Como ya eran varios los casos en los que diversos medios se fusilaban caricaturas mías impunemente, pensé en la posibilidad de ahora sí entablar una demanda de manera formal. Como soy un indolente sin remedio, dejé pasar varias semanas sin hacer nada –sin entablar demanda, me refiero, porque sí estuve haciendo hartos monitos–.
Semanas más tarde, mientras hojeaba revistas en un Sanborns –que es lo que uno debe hacer cuando entra a un Sanborns–, me topé con la revista Siempre! (con su signo de admiración al final) y pensé: "Vamos a ver ahora qué caricatura me fusilaron".
Evidentemente yo lo pensé de broma. Cuál sería mi sorpresa cuando, al terminar de hojear la revista, encontré en su última página ¡¡una caricatura mía de Julio Cortázar…!! obviamente sin la firma ni el crédito correspondientes.

Mi indolencia quedó atrás y decidí demandar a la revista Siempre! (con su signo de admiración al final).
La revista no tuvo más remedio que aceptar su falla y realizar la reparación moral del daño, lo cual incluyó la siguiente disculpa pública en su número de esta semana:

Haigan sido como haigan sido los monos que los moneros hacemos, creo que, como decía aquel viejo promocional de Chabelo, valen mucho y merecen respeto. Así que… mucho ojo…! (con su signo de admiración al final).