¡EL CHAMUCO ES UN PELIGRO PARA MÉXICO!

Me permito, por primera vez, transcribir íntegro un apunte de un blog amigo.
Esto es ferpecto, blog de nuestro gran amigo Luis Gantús, el más grande experto de historieta en México, publicó lo siguiente:

Pos afigúrensen, mis narcas y narcos, en lo que siguen votando sobre qué quieren leer en este su Ferpecto blog, quiero hacer un parentésis porque me llegó este mail de un brother monero en Ciudad Juárez, la neta me sacó mucho de onda, me recuerda esas historias del 68, que por traer volantes del movimiento, se madreaban a la gente. Sé que este blog no es de política, para eso esta el del maese Clément, que es un ducho en eso de investigar y atar cabos sueltos, pero el hecho de que le pase a un monero, sólo por leer una revista, hace que me hierva la sangre.

Sirva esto como testimonio de lo que sucedió, aunque el afectado me pidió no poner su nombre por obvias razones ¡Así de asustados los tienen!

¡CARAJO ESTO ES UNA MIERDA!

A continuación el mail que recibí:

Sr. Gantus, como usted sabe vivo en la "frontera mas fabulosa y bella del mundo", bueno, así dice la rolita de Juan Gabriel. Ultimamente, Ciudad Juarez se ha convertido en la ciudad con mas retenes en la república. Tenemos retén de tránsito, retenes de policías, retenes federales, retenes de la Sedena, en fin. Estos retenes tienen propósitos oscuros, porque misteriosamente nunca encuentran armas, drogas, ni qué decir de sicarios responsables de cientos de muertes en lo que va del año. No, lo que encuentran son borrachines detras del volante, despistadas que dan vuelta en la calle equivocada y uno que otro fan de El Chamuco y los hijos del averno. Así es, a mi me dieron una zangoloteada por traer mis chamucos en el carrito. ¿Cómo ve?

Resulta que hace varios dias, me dirigía a mi casa despues de una visita con la novia, no era muy tarde, serían como las 11:30 pm. Forzosamente tengo que cruzar una de las avenidas principales en esta ciudad, una avenida que ya es famosa por los retenes, alcoholímetro, inundaciones cuando llueve, payasos tragafuegos y fakires en el semáforo. En fin, uno se tiene que ir con cuidado y encomendarse a diosito para pasar por ahí sin contratiempos. Para mi suerte, habia un retén del ejército, aquello parecía que se estaban alistando para un desfile del 16 de septiembre, tanquetas, camiones, jeep y los famosos "humbees" y muchos, muchos efectivos. Y que me paran.
Chin…, bien dicen que el que nada debe, nada teme, pero estos cabrones sí que te ponen nervioso y más por las historias de terror acerca de ellos que abundan por estos lares.

–Buenas noches, caballero, somos del conjunto Chihuahua y vamos a hacerle una revisión de rutina

–Sí, oficial…- (¿qué otra cosa podía decir?)

–Bájese del auto.

Al bajarme, se me acercan dos soldados más y me empiezan a cuestionar que de dónde vengo, a dónde voy, que si traigo armas, drogas o algo que me comprometa.

–No, nada…, todo tranquilo -

Minutitos después, veo que llega un sardo con mis revistas y se las enseña a quien me imagino que estaba a cargo de el "chequeo" de mi auto. Éste, a su vez, hace rollo las revista y se acerca furiosamente hacia mí.

–!Ah!, con que revoltoso, ¿eh? –y que me da un zape con mis revistas. "Chin, ya valió madres", pense.

–Al suelo, cabron, híncate, hijo de tu puta madre–, me empezaron a gritar varios sardos.
Es increible lo groseros que pueden ser estos monitos y, ah, cómo les gusta tirar patadas. En fin, creo que la gente que pasaba penso que yo era de "La linea" o el sobrino del primo del vecino del Chapo Guzman.

Mi carrito lo voltearon de pies a cabeza, tratando de encontrar algo. Ahora sí, despues de los chamucos que más podían encontrar…, ¡nada! Pero otra vez la paranoia de que le plantaran algo, ya sabe cómo se las gastan.
Después de unos minutos de estar "revisando profundamente" mi carro, lo cual a mí me parecieron horas y horas, creo que vieron que no era ningún peligro para la soberanía nacional y me dejaron ir.

–Órale cabron, gánele -

–Sí, jefe –ni pregunté, ni miré, ni volteé, ni nada!

Ya me habia calado el cañon de la R-15 en la espalda, y qué decir de los patines que me habían dado. Lo que quería era llegar a mi casa. Los chamucos pues obviamente los perdi, pero ahi esta el "Sangrons" que no raja leña y obviamente los seguiré comprando. Es increíble, la verdad. Como veo la situacion aquí en Juárez, me hubiera ido mejor si he traido unos cuernos de chivo o unos kilos de coca, o ya de perdis, un encobijado en la cajuela. Pero no, traía El Chamuco…, public enemy #1.

"Ciudad Juarez es numero 1, Ciudad Juarez en the number 1″… " ¡Bah!

Hasta aquí, el apunte del blog de Luis Gantús.

En el primer número de esta nueva época de El Chamuco, publiqué esta parodia:



Además de lo grave que es, por sí mismo, el hecho de criminalizar la protesta, la situación se agrava más, cuando ello comienza a ser percibido como algo normal, e incluso, deseable.

No podemos permitirlo.

Va desde aquí, un abrazo a nuestro lector de Ciudad Juárez.